Anteriormente hemos hablado de la transcreación y de la localización y cómo estas están muy unidas al marketing, pero a la hora de traducir una campaña publicitaria hay muchas más cosas que tener en mente. Para que nuestras campañas de marketing tengan éxito hay dos cosas muy importantes a tener en cuenta: los posicionamientos SEO y SEM. Pero, ¿qué son y cómo nos van a beneficiar?
El posicionamiento SEO (del inglés Search Engine Optimization) es el que nos permite ser visibles en Internet a través del contenido que publicamos y las palabras clave (o keywords) que utilicemos, algo esencial cuando queremos expandir nuestras ventas por el globo. Pongamos que queremos vender nuestro producto en Francia ¿Qué palabras utilizarían en este país para buscar nuestro producto? Está claro que son diferentes que las que usarían en España. De hecho, hay diferencias en el uso del lenguaje entre una zona geográfica y otra, lo que llamamos regionalismos. Para esta tarea, la figura del traductor es esencial, ya que es un lingüista que no sólo domina el idioma de la zona a la que queremos llegar y si no también la cultura y costumbres de sus gentes. Esto es necesario para captar la atención y entender las necesidades y lo que quiere de nuestro público objetivo. Tampoco debemos olvidar implementar el código hreflang (que en el lenguaje de programación es una etiqueta que determina en qué idiomas o países debe mostrarse una página web) para que de esta forma nos cercioremos de que nuestro esfuerzo por ser visibles sea eficaz y llegue al colectivo que queremos.
También muy interesante, es el posicionamiento SEM (siglas de Search Engine Marketing) que, a diferencia del SEO, nos permite aparecer en búsquedas pero a través de un espacio publicitario de pago (por ejemplo, los anuncios que se muestran en buscadores como Google cuando hacemos una consulta). No hay que olvidar que aunque estos espacios son de pago, sólo funcionan si se busca lo que anuncia y para ello es imprescindible saber lo que busca usuario y cómo se dice en los diferentes países o regiones.
Ahora bien, si combinamos correctamente ambas acciones nuestro producto o servicio será más visible, pero ¿dónde será visible y por quién? Y aquí vuelve a entrar en juego la localización de la que hemos hablado en otras ocasiones ¿está nuestro producto adaptado al mercado local? La localización hace referencia a una región que comparte no solo un idioma sino también una cultura, costumbres… ¿Está el contenido de nuestra web, de nuestros anuncios, de nuestro blog adaptado a la cultura del mercado objetivo? ¿Se entenderá? ¿Llamará la atención de todas aquellas personas que lo hayan visto? No sólo el texto, sino también las imágenes, colores, frases hechas, la jerga utilizada.
Pongamos un ejemplo práctico de marketing y localización que es conocido por todos: McDonald’s.
Todos somos conscientes de que McDonald’s es una empresa que trabaja a nivel mundial. Vayas donde vayas en el mundo, casi siempre hay un restaurante de esta cadena de comida rápida, pero McDonald’s no se aproxima a sus clientes en todos los países de la misma manera. A modo de ejemplo, los colores de su logo son, en muchos países, rojo y amarillo, pero en Europa son verde y amarillo, por un tema de localización En Europa está cada vez más presente la preocupación por el medioambiente y la comida saludable. Además del cambio de color al verde McDonald’s también ha ido eliminado de forma progresiva el plástico de los envases de sus productos. Esto se debe a que en la cultura europea hay una cada vez mayor interés por la sostenibilidad y el medioambiente y la marca hace suyas estas preocupaciones a través de estos cambios tanto de imagen, lenguaje como de comportamiento en función de donde opere.
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Beatriz Pascual
Correctora Profesional, Lda. en CC. de la Información
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